A pesar de ser un negocio mal visto por la mayoría de la sociedad, incluso marginado y prohibido en muchos países, la prostitución se sigue dando en todo el mundo. Hay lugares donde se lleva a cabo en ciudades muy concretas, alejadas de la vista de la sociedad general. Es como si al no verlo, el problema dejara de existir, cuando evidentemente no es así. La dejadez de muchas administraciones ha permitido que las trabajadoras sexuales lo tengan cada vez peor a la hora de sobrevivir. Ninguneadas y estigmatizadas por intentar simplemente llevar algo de dinero a su casa, estas mujeres se han visto obligadas a vivir al margen de la ley. Empiezan siendo muy jóvenes, en un ambiente que habitualmente no es el más estable, y luego, cuando quieran salir y se arrepienten, hay es demasiado tarde. No se les ofrecen alternativas a este trabajo, pero en muchos casos sí que se les prohíbe ofrecer sus servicios sexuales.

Sin embargo, la prostitución sigue creciendo en prácticamente todo el mundo. Después del pequeño respiro que supuso el confinamiento por la pandemia, los datos parecen volver a despuntar. La demanda de sexo de pago  es evidente, y mientras haya hombres dispuestos a pagar por acostarse con una chica, habrá chicas dispuestas a ganar dinero de esta forma. En países de África y Oriente Próximo y Medio, donde el islamismo es la doctrina predominante, este tipo de servicios están prohibidos y penados. Otros países, sobre todo en América y Europa, han decidido dejar de perseguir la prostitución y regularizarla como un trabajo más. Lo más sorprendente es que las naciones que más sexo de pago consumen suelen estar en un limbo legal entre esas dos situaciones. Con sociedades que o bien legitiman o al menos entienden como una necesidad el acudir a una profesional del sexo, estos países han normalizado este trabajo. Sin embargo, no le dan la categoría de empleo como podrían tener otros muchos, discriminando así a las trabajadoras sexuales. Hoy vamos a ver cuáles son los países donde más sexo se consume.

Prostitución: legal o marginada

La situación de la prostitución varía mucho dependiendo del lugar del mundo que visitemos. Por ejemplo, en Europa hay varios países que han legalizado por completo el trabajo sexual, incluso ofreciendo licencias a burdeles y prostíbulos. Holanda, Bélgica y Alemania suelen ser siempre los mejores ejemplos, ya que fueron también los primeros en dotar de legalidad todo este trabajo. Sin embargo, como veremos después, no son estos países los que lideran el ranking de sexo de pago en el Viejo Continente, a pesar de que la situación en ellos esté regulada. También hay otros muchos países que persiguen de manera directa y drástica la prostitución, como Irlanda o Suecia, en un intento por abolir este trabajo.

Lo mismo ocurre en el resto del mundo. Algunos pocos países dan derechos a las trabajadoras, tratándolas como profesionales liberales, pero la mayoría persigue y sigue estigmatizando este negocio. La idea de la abolición de la prostitución está muy marcada en sociedades con un fuerte sesgo moralista o religioso. La prostitución es vista como algo perverso y sucio, como una deformación del sexo, que ya es de por sí un tabú. Las prostitutas son señaladas por la sociedad, aunque siempre encuentran trabajo, porque hay muchos hombres que requieren de sus servicios. Esa mirada hipócrita sigue estando muy en boga en nuestros días, y resulta muy complejo aludir al debate sobre la legalización de la prostitución cuando hay todavía un prejuicio tan grande.

El informe de Naciones Unidas

A principios de 2019, la ONU presentó un informe muy  importante para entender esta situación. Se trataba de un análisis pormenorizado, a través de datos fiables y encuestas, sobre la situación de la prostitución en todo el mundo. Es complicado dar datos concretos sobre un negocio que suele estar siempre en las sombras, al margen de la sociedad. Sin embargo, se obtuvieron asombrosos resultados, determinándose por ejemplo como afectaba la trata y la esclavitud a millones de personas en todo el mundo, principalmente mujeres. También se llevó a cabo un ranking con los países donde más sexo de pago se consumía, siempre con respecto a su población. Y los países que lo lideran pueden sorprender a muchos…

Tailandia, Puerto Rico y España

Según los datos recogidos por el informe de Naciones Unidas, el país donde más sexo de pago se consume es Tailandia. Este paraíso del sexo es un destino turístico habitual por aquellos que buscan emociones fuertes. Y es habitual que los turistas también vayan buscando algo de sexo con mujeres tailandesas, o con las famosas ladyboys. Pero donde hay una fuerte demanda es en el mercado interior, llegando a afirmar un 67% de los tailandeses que han pagado por sexo alguna vez. Esto significa que 2 de cada 3 hombres adultos han disfrutado de estos servicios al menos una vez en su vida. La situación se repite en Puerto Rico, una nación que técnicamente forma parte de Estados Unidos, pero que goza de gran independencia.

Lo que une a Tailandia y Puerto Rico es una gran cantidad de población en riesgo de exclusión social y pobreza. Es el caldo de cultivo perfecto para que muchas jóvenes terminen convirtiéndose en prostitutas por pura necesidad. Más sorprende encontrar a España dentro del podio de este ranking, como el tercer país que más sexo de pago consume en el mundo. Hablamos de que un 39& de los varones adultos españoles han afirmado pagar por sexo alguna vez. Es una cantidad menor que las vistas anteriormente, pero supone la más destacada en Europa, doblando incluso al siguiente país en la lista, Austria. Lo que más sorprende es que España no tiene regularizada la prostitución, así que es una actividad marginal.

La situación en Argentina

Nuestro país no aparece entre los primeros puestos del ranking, pero eso no significa que no se consuma prostitución en Argentina. Todos conocemos los lugares donde estas mujeres trabajan, y sabemos que no les suele ir mal de clientela. Su situación, de hecho, esta regularizada desde hace años, aunque es cierto que sigue habiendo muchas sombras alrededor de este negocio. Las mujeres argentinas no suelen convertirse en prostitutas, y son las extranjeras las que llenan esos huecos en burdeles y boliches. Sin embargo, los números no llegan a ser tan importantes como en los países anteriormente vistos. Tal vez porque los argentinos no estén tan apegados a este tipo de consumo sexual, o simplemente, porque la mirada del país sobre la prostitución sea muy diferente.